lunes, 17 de junio de 2013

Seguro al Seguro... JAMÁS.



Uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, eso es algo tan humano, tan común que lo seguimos y lo seguimos haciendo, y creo que así será hasta donde la humanidad llegue.

Resultase ser que mi padre siempre ha sido un hombre muy sano, tan sano que presumía que después de una operación a la semana se sentía tan bien que podía salir a correr y seguir su vida normal, y así lo hizo, en su juventud divino tesoro, hasta el año pasado, pero este año eso lo llevó al extremo.

A finales del 2012 le salió una pequeña bolita en la rodilla, bolita que se hizo bolota después de ir a jugar boliche. Obvio, no fue al doctor. Pasó el tiempo y la bola crecía y crecía hasta que resulto ser bastante incomoda. Alguien, le recomendó porque no, usar el servicio del Seguro Social, ya que era un quiste y ahí quitan tantos, y son tan expertos, que saldría rápido y sin gastar. Pues así lo hizo, se fue al Seguro, a pesar de nuestros ruegos, él estuvo ahí, después de meses y meses de ir le dieron fecha de operación, y ahí puntual y lleno de valor (y algo de terquedad) hizo caso omiso a nuestras suplicas y lo operaron. Según él un trato excelente y muy profesional.

Todo salió "bien", no se ponga nada, sólo báñese, no se tape la herida y listo. Eso fue lo que le dijo el doctor, sin antibiótico, sin alcohol, sin gasas y sin nada, él siguió su vida... salía como agua de su herida y no paraba, cuando le quitaron los puntos, le dijeron que todo bien, sólo que había tenido reacción a la sutura, y sin aspirinas lo despacharon, venga a que le quitemos los otros puntos tal día, y el día dicho llegó, el liquido no para y de repente sangraba, ahhhh es normal, dijo el doctor, son los puntos, puntos que le quitaron, y sin alcohol, sin aspirina, ni binotal, vaya ni curita, lo sacaron.

A los dos días la pierna se le dobló sin razón y sin motivo, se sintió mal y fue al hospital, no lo dejaron salir, y la pierna cobró vida propia, se doblaba y levantaba sin que él se lo ordenará, se doblaba de dolor, comenzó a hincharse y ponerse roja, de un rojo encendido de esos que ponen en alerta a cualquiera, el tamaño era el doble del normal y el dolor insoportable. Fue la primera vez en nuestras vidas que escuchamos de parte de mi padre un grito de dolor.

Lo mantuvieron en emergencias y un día después lo hospitalizaron y le dieron antibiótico, agregando que todo estaba bien, sólo tenían que hacerle un lavado quirúrgico... y ocurrió el milagro, lo convencimos y lo sacamos de ahí cuando le dijeron que en una semana se lo iban a hacer. UNA SEMANA y si le iba bien.

Lo llevamos a urgencias a otro hospital, lo ingresaron y le dijeron, señor, tuvimos que quitarle un pedazo de carne muerta, si hubiera estado así un día más pierde la pierna, y tal vez se hubiera muerto. La infección es grande tanto que lleva una semana hospitalizado y con 5 lavados y un pedazo faltante cual mordida de tiburón.

Nos llevamos el susto de nuestras vidas, y el Seguro Social, no deja de ser el Seguro Social, son tantos que no ponen atención en lo que hacen y que más da quitarle la pierna al viejito por negligencia, que más da, no es la mía, es más ni lo conozco... ¡qué mas da!

La cuenta va en aumento, por no gastarlo, por confiar en que lo iban a atender bien y con experiencia, casi pierde la pierna y tal vez la vida, una gangrena era su futuro próximo, todo por no decirle REPOSO ABSOLUTO, por no inmovilizar la pierna, todo por no darle el medicamento adecuado, por no darle antibiótico que seguro no tenían, y que en vez de informarnos, lo omitieron, total que podía pasar.

Esto nos deja una experiencia grande, que seguro al Seguro jamás, y que más vale ir a consulta por muy pequeño que sea el malestar a dejar una pierna o la vida en el camino.

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