martes, 2 de julio de 2013

DESAFORTUNADA GALLETA DE LA SUERTE


Creo que tenía un trauma de niña, a mi padre le encantaba la comida china, y siempre que íbamos pedía emocionada las famosas galletas de la suerte, que por cierto nunca tenían.

Ahora ya en cualquier lugar de comida oriental, siempre tienen la galleta que me dirá que rumbo tomará mi vida, o cuales son mis números de la suerte, así que por lo antes mencionado, para mi es un ritual abrir mi galleta, lo disfruto y espero ansiosamente leer la predicción, lo que me depara el destino.

En ésta ocasión, cuando abrí la ingrata galletilla, no tenía nada, sí... nada, estaba vacía, hueca, no había cumplido su objetivo, para lo que estuvo hecha. No era portadora ni de buena, ni de mala suerte, de consejo o números que comprar.

Tenía una única opción, y la tomé... mi galletita desafortunada (por no tener ningún tipo de fortuna dentro) sería simbólicamente, la galleta de la suerte que yo quisiera tener y/o lograr. Un destino sin destino, abierto a cualquier oportunidad, cualquier cosa digna de llegar a mi vida. 

Así que dejaré que la vida me sorprenda y veremos que incognita fortuna llega a mi vida, yo estaré esperando con los brazos abiertos.


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